domingo, 28 de julio de 2013

Turistas



–    Me siento observado.

    Después de soltarlo Dani se recolocó mejor en su sillón. Sentía que se había quitado un peso de encima.



–    Bueno, me has pedido que viniera ¿no? Tenías algo importante que decirme.

     Clara, su hermana, estaba sentada frente a él en una silla de madera en aquel salón púlcramente ordenado. Mientras hablaba buscaba con la mirada un cenicero para tirar las cenizas de su cigarrillo encendido. Sabía que Dani la mataría si las dejara simplemente caer en la alfombra.

–    Espera


   
Dani se levantó del sillón y se dirigió a un armarito que se encontraba encima de la tele. Allí cogió un pequeño cenicero y un spray ambientador. Acto seguido le ofreció el cenicero a su hermana y roció su entorno con el spray.    Clara esnifó aquel olor con cara de desagrado, pero no se quejó. Sabía que Dani no tenía remedio, y aquella ya no era su casa por lo que debía atenerse a esas reglas suyas que siempre la sacaban de quicio. Dani se volvió a sentar en el sillón no sin antes volver  a poner el spray en el armarito.


–    No me refiero al hecho de que me estés observando ahora, en este mismo momento. Digo que me siento observado... en general. Siempre.

       
    Dios... Pensó Clara. Estaba ya cansada de todo aquello. Cada semana a Dani le pasaba algo nuevo. Si no era ya suficiente todas las manías que acarreaba su hermano desde la infancia, como la extrema necesidad de orden y limpieza, su nula capacidad de empatía o mantener la mas mínima relación social con alguien por mas  de 10 segundos, encima,  cada cierto tiempo venía con algo nuevo. Hasta su perro, hastiado ya de tanta mierda,  le había abandonado. Ahora vivía enfrente, con la vecina. Pero ella no podía abandonarlo, no tenía esa suerte, era su hermano. Y por alguna extraña razón que aún escapaba a su entendimiento, aún seguía queriendolo. Así que esa era su cruz, y la de su madre antes que ella. Daniel. La cruz de la familia Bermejo.

–    Cuanto echo de menos a mamá...- susurró Clara- y su forma de solucionar estas paranoias tuyas.

     Dani, instintivamente, se llevó su mano derecha al cogote.

–    Si, vaya collejas gastaba la mujer.

    Después de una larga inspiración, Clara se armó de la suficiente paciencia para no matar a su hermano.

–    Esta bien, pequeño tarado de los cojones, ¿qué demonios es eso de que te sientes observado?

    Dani se echó hacia delante y puso ambas manos en sus rodillas.

–    Normalmente, siempre he tenido esta sensación. De alguna forma, notaba que la gente por la calle me miraba o me enfocaban con sus cámaras... pero la cosa ha empeorado últimamente.
–    A ver. Explícate - dijo Clara con cara de pocos amigos.
–    Comprendo que esto va a ser un poco difícil de creer, sobre todo viniendo de mi... por favor deja de poner esa cara.
–    Lo siento - se forzó a decir Clara - Prosigue.
–    De verdad que pienso que me observan. Verás, desde pequeño siempre he tenido la sensación de que algunas veces algunas personas se me quedaban mirando fijamente y cuchicheaban entre ellas.

    Clara levantó una ceja.

–    A ver Daniel... es que eras un niño raro de cojones.

    Daniel con un ligero asentimiento le dio la razón a su hermana.
–    Ya bueno, pero es que incluso, algunas veces, aprovechaban un descuido para hacerme alguna que otra foto. 





    Clara no pudo reprimir un sonoro bufido de incredulidad, a lo que Daniel rápidamente respondió levantado su dedo índice. - Espera, déjame seguir contándote esto - Clara respondió con un ademán para que siguiera.

–    Intenté atribuir aquellas percepciones a mi condición “especial”. Pero es que la cosa ha empeorado drásticamente estos últimos años. - Daniel se llevó la mano a su bolsillo y sacó su smartphone - Sobre todo después de que cada persona en este maldito mundo posea una cámara en su móvil.

    Clara recordó que tenía que comprar tomates. Hoy quería hacerse una ensalada para variar. Esperaba que su hermano no le hiciera perder demasiado el tiempo en aquella bonita y despejada mañana. Además quería pasar más tiempo con su novia Marga, la tenía un poco desatend...

–    ¡Te lo juro Clara, te juro que lo hacen!

    Clara salió abruptamente de su tren de pensamientos y prestó de nuevo atención al pesado de su hermano.

–    Se que no salgo mucho de casa, pero es que siempre están ahí. No son nunca las mismas personas, pero ahí están, con esa pinta rara... de turistas.
–    Los turistas siempre tienen pintas raras Dani... por eso sabemos que son turistas.
–    Ya bueno, pero estos tienen un pinta mas rara de la habitual - sentenció Dani de forma tajante.

    Clara se llevó sus dedos al puente nasal y entrecerró los ojos - ¿Por qué, Dani, por qué tienen una pinta mas rara de la habitual? - preguntó a su hermano con un tono condescendiente que Dani  pareció pasar completamente por alto.

–    Pues por ejemplo, hace dos días - Daniel señaló hacia la ventana que daba a la calle, la cual por supuesto estaba cerrada con la persiana bajada - Una pareja de turistas que parecían americanos iban vestidos de forma desfasada, como de hace años.




 Clara abrió los ojos hastiada.

–    ¿Ahora también eres una especie de gurú de la moda?

Daniel pareció no comprender el comentario de su hermana.

–    ¡Digo que llevaban ropas y accesorios de hace como diez años!

Clara levantó los brazos pareciendo clamar al cielo – ¡Venga ya tío! ¡No me jodas! A lo mejor eran turistas americanos pobres, joder. Yo que sé, quizás llevaban ropa de segunda mano.


Daniel levantó de nuevo su dedo índice en signo de negación.

–    No, no, no. Era ropa nueva. Además al día siguiente una pareja de japoneses llevaban unos ropajes que no había visto en mi vida y llevaban, en vez de móviles, ¡una especie de gafas con auriculares con las que parecían estar haciendo videos! Dime tú donde cojones has visto esos aparatos si no es en las películas.
–    ¡Daniel por dios! ¡Son japoneses! Esos tios llevan toda clase de aparatejos como 10 años antes de que salgan en cualquier otro lado del mundo.

Daniel parecía casi desencajado.

–    ¡Esa gente me estaba haciendo fotos! ¡Aprovechaban que pasaba al lado de ellos y se hacían fotos cuando entraba en sus encuadres!

Clara parecía también desencajada.

–    ¿Me estás diciendo que esa gente no dirigía sus cámaras hacia ti y te hacían fotos, si no que eras tu el que entraba en el encuadre de sus cámaras...?
–    Móviles – Interrumpió Daniel.
–    ¡¿Qué?!
–    Digo que normalmente no son cámaras... Son móviles con cámara.

Clara se quedó sin habla durante unos segundos.

–    No me puedo creer que esté teniendo esta conversación.

Clara se puso de pie de un salto y se dirigió a la puerta de la calle con expresión furibunda.

–    ¡Espera! ¡Aún no te he contado lo más extraño!

    Lentamente, y ya con la mano en el picaporte, Clara se dio la vuelta para mirar a su hermano que también se había levantado del sillón.

–    Ilumíname, Daniel- dijo arrastrando las palabras.

    Daniel miró al suelo con aire compungido.

–    No entiendo porque hay tantos turistas cerca de casa y justo en el recorrido donde saco a pasear a Johny.

    Clara soltó el picaporte y se acercó a su hermano.

–    Dirás el recorrido que “hacías” para pasear al perro que ahora vive con tu vecina - Clara se siguió acercando mientras hablaba -  Recorrido que aún sigues haciendo sin un perro que pasear; paseo que sólo sigues haciendo por tu mierda de trastorno obsesivo compulsivo - Clara se quedó a pocos centímetros de Daniel.

–    Yo no tengo TOC. El psiquiatra lo confirmó.

    Clara miró unos pocos segundos el semblante cabizbajo de Daniel su hermano. Le daba pena, no podía evitarlo. Pero estaba muy enfadada en ese momento, así que se dió la vuelta y abrió la puerta de la calle. Echó un vistazo al exterior y salió fuera.

–    ¿Por qué no me crees?

    Daniel estaba en el umbral de la puerta aún mirando al suelo. Clara sin darse completamente la vuelta le respondió.

–    Dani, tienes que dejar de inventarte estas mierdas para que venga a visitarte. Eres mi hermano, nunca dejaré de visitarte. Tienes que recuperar tu vida de una vez. Sé que podemos vivir sin trabajar gracias a la herencia de mamá, pero eso te está matando. Busca algo que hacer además de leer libros y hacer que cuidas a un perro que no tienes. Es más... ¡recupera a ese maldito perro, joder! Y sácalo a pasear de verdad coño, ¡y no siempre por el mismo recorrido! Yo que sé, a lo mejor conoces a alguien por ahí. ¡Date una oportunidad maldita sea!

    Dani siguió parado en el umbral de su puerta con la misma expresión, tenía lágrimas en los ojos. Clara lo vió, pero aún seguía algo enfadada.

–    Da igual hermano mayor. Estoy mosqueada y eso me hace soltar cosas que no quiero decirte... Esta semana no puedo, me voy de viaje con Marga en su coche. Así que nos vemos la próxima semana ¿vale?

    Clara no esperó a la respuesta y se alejó de allí con paso acelerado. Odiaba perder los estribos de aquella manera con Daniel. A fin de cuentas él era así y no iba a cambiar; no podía hacer nada al respecto. Así que se alejó de aquella casa rápidamente para no decirle nada más pero con un cierto resquemor. Un resquemor no tanto causado por la conversación que había acabado de tener con su hermano, si no mas bien por aquella pareja de turistas nórdicos, que vestían una ropa impoluta y recién estrenada pero tan desfasada que podría haberse comprado hace 20 años. Que además oportunamente se estaban haciendo una foto con su móvil también anticuado pero con cámara. Y que por pura coincidencia al parecer, su hermano y ella debían de haber entrado en el encuadre de la foto cuando el turista había presionado el disparador. ¿Pero a qué cojones estaban haciendo una foto?, se preguntó Clara. Allí no había nada interesante ni de interés turístico. Sólo una fila de casas adosadas normales y corrientes en un centro urbano como otro cualquiera...

En esa foto lo único interesante... eramos nosotros.



1557 años después...




RESUMEN DEL INFORME RECOGIDO POR LOS TENIENTES ROHDE Y BERTLING, MIEMBROS DEL CUERPO DE RECOLECTORES TEMPORALES DEL GRAN IMPERIO.
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Clara Bermejo murió justo cinco días después, en un accidente de vehículo de combustión interna junto a su compañera Marga Martínez. Clara y Daniel Bermúdez no tuvieron oportunidad de volverse a ver nunca más después de aquella escena captada por los tenientes Rohde y Bertling frente a su casa. Nunca sabremos que conversación tuvieron los hermanos dentro de aquella casa, (hoy en día museo mundial de historia), dada la imposibilidad por ley de captar nada que no sea en terreno público, dada las posibles demandas de descendientes por allanamiento de morada o propiedad privada con  carácter retroactivo. Lo que si sabemos es que, y gracias al trabajo de numerosos recolectores temporales, Daniel Bermejo después de aquello no volvió a ser la misma persona. La muerte de su hermana obró un cambió drástico en su personalidad. Al parecer al entablar las conversaciones para que su vecina le devolviera a su perro Johny Deep, comenzaron algo más que una relación de amistad.  Cinco años después Daniel Bermúdez y Fabiola Russo tuvieron a su hijo Pietro José, al que no pudieron conocer bien ya que murieron dos años después en el gran desastre solar que diezmó la población del planeta; siendo Pietro uno de los pocos supervivientes rescatados de la catastrofe. Pietro José Bermúdez, un infante que conoció la tragedia a muy temprana edad pero que se convirtió por méritos propios en el gran lider supremo que hoy se recuerda... y se venera. Y del que hoy en día ya se puede saber mas, y también de sus antepasados, gracias a todos esos recolectores temporales que viajan en el tiempo poniendo muchas veces en peligro su propia vida con la sagrada y necesaria misión de obtener información histórica del pasado para así conocer mejor nuestro presente. Sobre todo en lo referente a lo acontecido en la antigua Tierra. Hoy en día ya abandonada debido al gran nivel de radiación existente en su superficie. 

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REQUERIMIENTO/PETICIÓN/AVISO:

1º Tanto los agentes Rhode y Bertling, como algunos otros anteriormente, han remitido quejas al departamento de Acondicionamiento Temporal de no desempeñar bien su trabajo ya que al parecer muchas veces no han realizado el estudio exhaustivo de las vestimentas y tecnologías de los periodos exactos a los que se va a visitar. Con el peligro consecuente de que nuestros agentes puedan resaltar o percibirse anacrónicos y así no poder realizar su trabajo de recolección convenientemente.

2º Hay una gran parte de la población que demanda más información sobre el perro Johny Deep y cual fue su destino y relación con nuestro gran líder supremo en sus primeros años de vida. Se pasará nota sobre esto al consejo para su estudio. Hay que recordar que por aquel entonces existía también un actor con el mismo nombre del que no ha quedado ningún registro visual.

3º Gracias a la información recolectada podemos llegar a la conclusión de que muchas de las escrituras dogmáticas que nos ha inculcado la Iglesia Bermejciana sobre la divinidad irrefutable del gran lider supremo al igual que la de sus padres están resultando falsas o tergiversaciones de la realidad. Se recomienda extrema precaución, para evitar revueltas fanáticas, el liberar toda la información recolectada sobre este tema a la población.

 

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