lunes, 22 de julio de 2013

Papeles (3/3)

       

(3º Parte)


    La imaginación.

    La imaginación tiene como apoyo fundamental la memoria; los recuerdos. Pero si los recuerdos no existen... ¿en que se queda la imaginación?

     Pues en todo.


   Podemos imaginar cosas que no derivan de ningún recuerdo vivido. Podemos imaginar mundos nuevos, situaciones nuevas y abstractas. Podemos imaginar ideas que parecen llegadas de otros sitios, podemos imaginar recuerdos. ¡Recuerdos! Imaginar recuerdos, ¿cómo es eso posible? ¿Cómo podemos crear algo que no existe? ¿De donde nos llegan esas ideas que de la noche a la mañana tienen la potencia de cambiar un mundo?

     Supongo que ya se lo habrá “imaginado”. Lógicamente llegan de otros mundos.

    

Mundos idénticos, parecidos o completamente diferentes al suyo o al mío. Cualquier variable que puedas imaginar, hasta la mas descabellada, existe en un mundo alternativo. Y no es una cuestión de estadística el que pueda existir un universo para cada cosa que podamos imaginar. No. Es exactamente lo contrario. Sólo podemos imaginar un nuevo mundo o situación si realmente ese algo ya existe en algún lugar del multiuniverso en el que vivimos. Cuando imaginamos, lo que realmente estamos haciendo, es visitar mentalmente esos nuevos mundos para obtener nuevas visiones que nos satisfagan o nos sirvan de inspiración para nuevas ideas.  

     Imaginéselo.

    Universos que podemos visitar sentados en el salón de nuestras casas. Verá, la membrana que separa los universos es inexpugnable físicamente, pero es, a la vez, permeable a ciertos elementos. Y uno de esos elementos es nuestra propia consciencia; y no solamente la humana, como pude comprobar más adelante.

     Todo empezó como en un sueño, un sueño vivido, como todos los que he tenido a raíz del experimento. Al viajar tanto por mi propia línea temporal, hacerlo me era ya muy fácil; hasta tal punto que ya lo realizaba inconscientemente. Viajaba hacia atrás y ya por fin también hacia delante. Reviví varias veces el momento justo antes de mi muerte. Postrado inmóvil en una cama con la única compañía de un médico y una enfermera. Acto seguido volvía a embarcarme en un nuevo viaje temporal al pasado. En esa época fue cuando descubrí el multiuniverso permeable como concepto e intenté varias veces adentrarme en él pero me era completamente imposible. Así que visto lo visto, y a causa del cansancio y aburrimiento acumulativo por los varios siglos de idas y venidas por mi linea temporal, finalmente...

    Decidí morir. 


 

    Y como ya le he dicho, empezó como un sueño. Al principio no comprendía la sensación de libertad absoluta de pensamiento que tenía en ese momento, pero después lo comprendí. Ya no tenía cuerpo, ya no tenía cerebro, ya no tenía candados biológicos que me reprimieran. Era pura consciencia, ¿sin contenedor? ¿Cómo era posible? Eso lo entendí un poco mas tarde, ahora déjeme explicarle las posibilidades que se abren cuando estás muerto. 

    Lo más importante es que aún puedes seguir repasando tu vida una y otra vez, pero lo más sorprendente es que también puedes viajar por los demás universos, usando siempre contenedores que en este caso es este cuerpo viejo que se encuentra hablando con usted. Lo curioso es que en cada universo siempre estaba limitado a un sólo contenedor, es decir, no podía saltar de un cuerpo a otro, pero como el multiuniverso es infinito, hay infinitos contenedores, infinitas posibilidades.

     He sido una planta, un caballero de la mesa redonda, he sido el primer hombre que ha pisado la Luna, he sido un humano con más de dos millones de años, he sido un perro, he sido un gato, he vivido en un mundo donde los gatos evolucionaron hasta ser la especie dominante y comenzaron a viajar por el espacio. He sido un planeta. Una vez fui una estrella, pero por poco tiempo, quizás unos cuantas decenas de miles de años. Volví a ser yo. Un yo que nunca hizo el experimento y murió felizmente en su propia cama con varios hijos alrededor llorando amargamente mi partida. Una vez fui Vincent Van Gogh. Fui un doctor que viajaba por el espacio en una cabina telefónica azul. He sido tantas cosas diferentes que al final lo pude comprender. Entendí por fín que es lo que somos todos en realidad, que es lo que significa ser un ser vivo y de que trata realmente el multiuniverso en el que exisitimos.

       Déjeme un papel y un lápiz y se lo explicaré.

     Esta línea es usted, la que dibujamos en un principio. Hemos quitado el punto que limitaba el presente y que hemos descubierto que no era real. Dibujamos ahora líneas paralelas por todo el papel que representan los demás universos y que también son usted. Y ahora imagine estas líneas multiplicadas en un número infinito. ¿Qué es lo que tenemos? Dele la vuelta a la hoja y lo verá.

    

Eso es. Un papel. Blanco o negro, según sea el color del lápiz con el que ha dibujado las lineas. Y ese papel es usted en toda su extensión. Un papel que es contenido junto a todas las demás consciencias en un gran libro, que es el gran multiuniverso.
Un multiuniverso que debido a la broma de un bromista sólo puede ser observado desde la perspectiva limitada de un punto dibujado en una línea, dentro de sus páginas. ¿Maravilloso, verdad? O bueno, eso es lo que se puede pensar sobre todo esto. Después de mucho viajar me he dado cuenta que quizás la simpleza del punto no era tampoco una mala perspectiva. Tener una vida plena y esperar hasta la muerte para descubrir la complejidad del entramado no tiene que ser tampoco una mala forma de llevar las cosas. Quizás si alguien me hubiera dado la información de a donde me estaba encaminando habría decidido otra cosa.

     Y por eso estoy hoy aquí con usted, yo voy a darle esa opción. La opción de la elección aparente.

     Se habrá dado cuenta que usted y yo nos llamamos exactamente igual. No, no es una coincidencia para nada. Ahora sabe muy bien que no lo es. Le voy a preguntar algo, y por favor tómese usted el tiempo necesario para responderme, ya que como ya sabrá, tengo todo el tiempo del mundo.

    ¿Qué preferiría usted? ¿Morir sólo o morir acompañado? ¿Morir en la cama de un hospital junto a desconocidos o rodeado de una familia y habiendo tenido una vida plena y llena de experiencias? 


    En definitiva:

    ¿Quiere usted seguir siendo un punto o el papel que lo contiene?


    FIN.

Este relato ha sido escrito y es propiedad de E.J. de Jorge

1 comentario:

  1. Genial relato, solo puede salir de una mente tan visionaria como la tuya.

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